Exquisitas albóndigas. Son distintas a las que se suele comer en muchos sitios, porque sus ingredientes principales no están triturados, sino cortados a trocitos, por lo que su masa es un bombón con sabor a marisco.
- Un choco grande
- 300 gramos de gambas
- 1 huevo
- Pan rallado
- Aceite de oliva Virgen Extra
- 2 dientes de ajo
- Perejil picado
- Una cebolla
- 1 tomate de pera
- Medio pimiento rojo
- 1 pimiento verde
- 1/2 vasito de vino Montilla-Moriles
- 1/2 cucharadita de pimentón
- Azafrán en rama (o colorante)
- Pimienta
- Media cayena (opcional)
- Sal
Cortar el choco a trocitos muy pequeñitos, pelar las gambas y cortar tambien a trocitos. Poner todo en un bol y añadir los ajos y el perejil cortados muy menuditos. Echar un porquito de sal, el huevo y mezclar todo muy bien.
Añadir dos cucharadas soperas de pan rallado natural, mezclar todo de nuevo y dejar unos minutos en el frigorífico. Mientras tanto, picar la cebolla, el pimiento rojo, el pimiento verde y el tomate a trozos medianos, echarlos en una cacerola con un poquito de sal y sofreír con 4 ó 5 cucharadas de aceite unos minutos hasta pocharlos. Y apartar.
Sacar la masa del frigorífico e ir haciendo las bolas de las albóndigas, pasándolas por pan rallado y apretándolas con las manos, para que se quede bien pegado el pan rallado.
Una vez que todas las bolas estén hechas, ir echándolas en una sartén con bastante aceite y freírlas. Cuando estén todas fritas, echarlas en la cacerola del sofrito y poner al fuego, añadiendo la pimienta, el azafrán y el pimentón. Agitar un poquito la cacerola para que no se queme el pimentón, y rápidamente, añadir el medio vasito de vino.
Cuando se evapore un poco el vino, agregar un vaso de agua (unos 200 ml.) y probar de sal por si es necesario corregirlo, dejándolo cocer durante unos 12 ó 13 minutos con la careola tapada, tiempo en el que estarán tiernas las alabóndigas. Y ya están listas.
Este plato puede acompañarse con un arroz refrito con champiñones o con patatas fritas.